Comunicado de prensa, 30 de julio de 2009
El Centro de Capacitación en Ecología y Salud para campesinos – Defensoría del Derecho a la Salud AC y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y solicitan medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en favor de seis personas indígenas que padecen tuberculosis, quienes habitan en la zona de los Altos en Chiapas, y cuyo derecho la vida se encuentra en grave riesgo.
Las víctimas llevan varios años sin un tratamiento adecuado e ininterrumpido, lo que ha generado que se vuelvan resistentes a los medicamentos de primera línea y que su estado de salud sea de suma gravedad. Dos de ellas se encuentran al borde de la muerte, aunque la tuberculosis, diagnosticada adecuada y oportunamente, es curable.
La Secretaría de Salud del estado de Chiapas ha manifestado que las personas afectadas no han recibido los medicamentos dado el desabasto de los mismos en su jurisdicción sanitaria y que la falta de eficacia de los tratamientos que otorga son responsabilidad de las propias víctimas, pues según la Secretaría, son éstas quienes interrumpen los tratamientos.
Entre otras situaciones, se ha constatado el maltrato e indiferencia del personal médico hacia las víctimas, lo cual ha generado pérdida de confianza en el sistema de salud y grave riesgo de la vida. Lo anterior se manifiesta en algunos de sus testimonios.
1. La Enferma 1[1] relata que uno de los médicos la corrió del centro de salud para que no contagiara a más personas pues, según él, su enfermedad ya no tenía cura. Lo dicho por el médico no sólo significó que no se iniciara la búsqueda de un tratamiento secundario, sino que además causó un grave problema emocional en la enferma y en su familia, el cual resultó en desánimo y desconfianza, los cuales empeoraron su enfermedad. La Enferma 1 sintió que «podían decidir matarme, darme pastillas envenenadas, para que no enfermara a más personas». Lo anterior es ejemplo del innegable vínculo entre la estigmatización y la discriminación contra las personas con tuberculosis.
2. Los casos del Enfermo 2 y la Enferma 3, son ejemplificativos de la inaccesibilidad física a la que se enfrentan muchas de las víctimas. El Enfermo 2 ha tenido que trasladarse de un lugar a otro en busca de atención e información, y ha permanecido, desde que le diagnosticaron la enfermedad hasta la fecha, durante largas temporadas sin tratamiento controlado. En el Informe del Instituto de Salud del Estado de Chiapas se expone que el Enfermo 2 “(…) aparentemente tenía más de 10 años con diagnóstico probable de fármaco resistencia.” La Enferma 3, por su parte, vive a 200-300 metros de una unidad de salud de la propia SSA, y le resulta muy costoso trasladarse a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas para recibir su tratamiento semanalmente (cien pesos mexicanos cada viaje); la falta de accesibilidad al centro de salud ha influido en la interrupción del tratamiento.
3. Los casos de los Enfermos 4 y 5, ejemplifican la falta de información acerca de esta enfermedad en su propia lengua, lo cual les ha propiciado aislamiento, discriminación y falta de oportunidades laborales. Esto ha traído como consecuencia que los referidos Enfermos hayan tenido que dejar sus trabajos y pasado a depender económicamente de sus familiares.
La Secretaría de Salud del estado de Chiapas ha manifestado que las personas afectadas con tuberculosis multidrogorresistente (resistente a los medicamentos) no han recibido los medicamentos debido que el estado no cuenta los medicamentos de segunda línea. Manifiesta asimismo, que el presupuesto aprobado para atender a los enfermos que sufren formas de tuberculosis drogorresistentes no es suficiente para tratar a todos los enfermos diagnosticados con esta variedad de la enfermedad; por lo que no existe ninguna garantía de que los enfermos de Chiapas arriba mencionados reciban un tratamiento este año.
El estado de Chiapas ha sufrido un amplio desabasto de los medicamentos necesarios para atender a los pacientes con tuberculosis debido a fallas y omisiones graves en la adquisición de éstos, a pesar de que en el presupuesto de salud del estado se ha contado con una partida presupuestal para tal fin. Esta situación ha limitado el diagnóstico de nuevos casos, ya que de acuerdo a personal de salud del estado, carece de sentido diagnosticarlos si no tienen con qué darles tratamiento.
Además, la Secretaría de Salud del estado chiapaneco responsabiliza a las propias víctimas por la falta de efectividad de los medicamentos que ofrece, aduciendo que son ellas quienes no completan los tratamientos adecuadamente. Asimismo, las informaciones estadísticas de dicha Secretaría son negligentes en reportar como «casos fallidos» a personas a quienes no se les da el adecuado tratamiento y como «casos curados» a personas que actualmente siguen padeciendo la enfermedad y se encuentran en situación crítica, como es el caso de una de las víctimas para quien se solicitan las medidas cautelares a la CIDH.
Por la grave situación en la que se encuentran las personas indígenas afectadas y la falta de acción del estado chiapaneco, el Centro de Capacitación en Ecología y Salud – Defensoría del Derecho a la Salud AC y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, solicitaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos se inste al Estado Mexicano a la adopción inmediata de las siguientes medidas:
1) Que se realice una valoración integral del estado de salud de las víctimas y sus familiares así como la aplicación de pruebas diagnósticas que determinen su estado actual con relación a la tuberculosis; y
2) que se administre el tratamiento secundario y completo, de acuerdo a la Estrategia DOTS PLUS, a las víctimas, de acuerdo a los estándares internacionales de derechos humanos relativos al derecho de la salud y que se le proporcione apoyo alimenticio y económico por la duración de su tratamiento, debido al carácter incapacitante de los enfermos y el impacto negativo que tiene este hecho sobre sus familias.
Es importante destacar también que en este contexto, el día de ayer la diputada Holly Matus, presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, presentó ante el pleno un punto de acuerdo por el que se exhorta a la Secretaría de Salud del estado de Chiapas a presentar los resultados del Programa de Atención a Enfermos de Tuberculosis, y que se otorguen a la brevedad los servicios médicos y medicamentos a quienes la padezcan, al tiempo que se despliegue una campaña informativa en la entidad para prevenir esta enfermedad y se conforme un comité de seguimiento para el citado Programa.
Más datos de contexto
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa que se transmite vía aérea, al igual que el resfriado común. La infección sólo la transmiten las personas que padecen tuberculosis pulmonar en una fase denominada “bacilífera”, en la cual los bacilos que la producen son expulsados al ambiente por las personas afectadas al toser, estornudar, hablar o escupir. Una persona con tuberculosis activa no tratada infecta entre 10 y 15 personas al año. Sin embargo, no todos los sujetos infectados por el bacilo de la tuberculosis necesariamente desarrollan la enfermedad.
La tuberculosis es una enfermedad prevenible y curable, pero las inequidades y la discriminación social generan falta de prevención y atención por parte de las autoridades y gobiernos correspondientes. Socialmente, la tuberculosis es un padecimiento incapacitante que, en caso de no ser detectado y atendido de manera oportuna, condena a la víctima, sus familiares y los que lo rodean, a pasar por situaciones complejas y un aumento de pobreza.
El gasto total en salud en México (6.2% del PIB del año 2007) es significativamente inferior al de cualquier otro país miembro de la OCDE. De todos los países miembros, México ocupa el segundo lugar más bajo de gasto público en salud, lo cual significa que gran parte del gasto destinado a este rubro, es financiado por la propia población.
El Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas de México del año 2006, señala que el porcentaje de población indígena por entidad sin derecho a servicio de salud en Chiapas es de un 90%, además de representar un Índice de Desarrollo Humano de 14% inferior al promedio nacional.
Anualmente se identifican en México un promedio de 15, 000 casos de tuberculosis y 2,000 muertes. Desde el año 2000, hasta la actualidad, se tienen registradas 15,378 muertes, colocando a Chiapas como una de las entidades con mayores índices de mortalidad y la que más casos nuevos de tuberculosis aporta a las estadísticas nacionales año con año.
En Chiapas, la pobreza, marginación y exclusión de los pueblos indígenas son los motivos por los cuales el número de enfermedades con características vinculadas a la tuberculosis, son alarmantes. Un estudio realizado por el Colegio de la Frontera Sur y Centro de Capacitación en Ecología y Salud para Campesinos – Defensoría del Derecho a la Salud (CCESC), entre los años 1998 y 2001, detectó 431 casos con diagnóstico de tuberculosis, de los cuales 145 casos estaban perdidos para las autoridades sanitarias; 208 estaban vivos y 78 habían fallecido.
Tomando en cuenta los datos anteriores, la información epidemiológica de la tuberculosis en el Estado no se encuentra desagregada de acuerdo el origen étnico de su población. El único recurso para estimar la prevalencia de este padecimiento en la población indígena es la información de casos presentados en los municipios de mayoría indígena, aunque ésta denota graves problemas de subrregistro y no está disponible en los reportes oficiales. Tener información clara del origen étnico, facilitaría conocer el comportamiento de la enfermedad en términos epidemiológicos para así poder prevenir futuras infecciones.
Debido a la falta de una atención adecuada y oportuna, así como de un tratamiento inadecuado, los enfermos de tuberculosis son afectados por una variedad del bacilo de tuberculosis (Mycobacterium Tuberculosae) han desarrollado resistencia contra los medicamentos primarios utilizados para tratar la enfermedad. Las y los enfermos sin tratamiento tienen un gran riesgo de morir y de contagiar a otras con la variedad resistente de tuberculosis que padecen, como ha sucedido ya con el hijo de una de las mujeres afectadas, quien ha desarrollado tuberculosis ganglionar: más difícil de detectar y combatir, y cuyos medicamentos son mucho más agresivos que los utilizados en otras variantes de tuberculosis.
[1] Se omiten los nombres de las personas afectadas para prevenir su discriminación.