Por Juan Carlos Gutiérrez Contreras*
El consenso logrado sobre la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos es indiscutible: todas las fuerzas políticas en ambas Cámaras del Congreso de la Unión la han avalado, ha ameritado el trabajo de ocho años de la Oficina en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos(OACNUDH) y de un grupo amplio de organizaciones de la sociedad civil y representantes del sector académico. El movimiento social se ha manifestado por la pronta aprobación de esta importante reforma, el más reciente ejemplo el numeral 2. B.I del pronunciamiento “Por un México en Paz con Justicia y Dignidad”, leído en el Zócalo el 8 de mayo pasado en el contexto de la Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, que demanda a los congresos locales la pronta aprobación de la reforma constitucional en DH. Las iglesias se han pronunciado en el mismo sentido y, a la fecha, también 13 congresos locales, a los cuales felicitamos por su decidida contribución para vivir en un país en el que los derechos humanos y el Estado democrático de Derecho gocen de plena vigencia. Sólo faltan tres estados y esto será una realidad constitucional. ¿Qué falta para que se sumen esos tres votos por los derechos humanos?
NADA y eso lo saben los congresos locales. No sólo lo saben, sino que recientemente se han pronunciado por la inmediata aprobación de la minuta enviada por la Cámara de Diputados el pasado 8 de marzo. El primer resolutivo del documento de conclusiones emanado del Foro sobre Reforma Constitucional en Derechos Humanos, realizado en el puerto de Veracruz los pasados 11 al 13 de mayo, acuerda a la letra: “Se estima que por la trascendencia de la reforma en el ámbito de los Derechos Humanos y su impacto nacional e internacional, debe ser aprobada por las legislaturas participantes”. Nuestro más sincero reconocimiento por este acuerdo, que deberá reflejarse en 3 o tantos votos como sea preciso en los próximos días. De ser así, la semana del 15 al 21 de mayo de 2011 podría ser la del cierre de una jornada histórica que consumará las aprobaciones iniciadas en Coahuila el 12 de abril pasado y repondrá 20 años de atraso en el ordenamiento jurídico nacional.
Este retraso normativo se verá ahora colmado con la ampliación y fortalecimiento del reconocimiento constitucional de derechos humanos universales que de antemano han sido acogidos por nuestro ordenamiento jurídico, lo cual se encuentra en armonía con el espíritu de nuestra Carta Magna, habida cuenta que México tiene una valiosa tradición constitucional de carácter democrático, comprometida con el respeto de los derechos y libertades de todas y todos. Votar por los derechos humanos es votar por lo mejor del derecho mexicano, que ha aportado al mundo, orgullosamente, el juicio de amparo en el siglo XIX y la constitucionalización de los derechos sociales en 1917.
La aprobación de la reforma representa un avance decisivo en la vía hacia la plena armonización de nuestro marco normativo interno a los más altos estándares internacionales en derechos humanos y favorece al cumplimiento de diversos compromisos que nuestro país ha contraído ante la comunidad internacional y las recomendaciones de diversos organismos internacionales, tales como las aceptadas por México en el marco del Mecanismo de Examen Periódico Universal en 2009 y las del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que hace poco más de un año (marzo de 2010) urgió al Estado mexicano a emprender a la brevedad esta importante reforma.
Organizaciones, instituciones y personas confiamos que los Congresos estatales priorizarán este tema en su agenda de debates y aprobarán la minuta de reforma a la brevedad para que pueda ser debidamente refrendada conforme a lo que estipula el procedimiento constitucional y con ello dar un paso decisivo en el fortalecimiento de la democracia, la paz y el bienestar de México.
A los estados que ya han aprobado la reforma constitucional, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, A.C. (CMDPDH) – y estoy seguro que un número amplio de organizaciones de la sociedad civil – les manifiesta su más amplios reconocimiento y felicitación. Los primeros trece son: Coahuila, Chiapas, Colima, Yucatán, Chihuahua, Campeche, Zacatecas, Quintana Roo, Estado de México, Durango, Sonora, Aguascalientes y Tabasco. A las y los diputados de esos congresos, muchas gracias; a quienes aún no lo han hecho: no les falta nada, den su voto por un México más justo, más democrático y seguro; y denlo pronto.
*Director General de la CMDPDH